Incluimos esta noticia aparecida en EL PERIÓDICO
DE ARAGÓN, el Domingo día 4 de Noviembre de 2001
Calamocha
Un pequeño pueblo turolense, de 214 habitantes, ha vivido un
acontecimiento que no festejaba hace años: el nacimiento de una niña.
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EL PERIÓDICO.-TERUEL
Loscos es un pequeño pueblo turolense perteneciente a la delimitación
comarcal de Calamocha, aunque sus habitantes aseguran vivir "en una tierra
de nada y de nadie, alejados de todo". De una población que en los años
60 superaba el medio millar de habitantes han pasado ahora a alrededor de 260.
Esta es una historia que se repite en decenas de localidades de la provincia y
que ha convertido a Teruel en el territorio con una de las tasas demográficas más
bajas de Europa y uno de los índices de envejecimiento más elevados.
Antonio Gendive, de la Asociación
Cultural Trassierra, asegura que "en Loscos, ni somos Zaragoza, ni casi
Teruel; desde la capital, estamos tan lejos que casi ni nos sitúan en el
mapa". La actividad es prácticamente inexistente: "Turísticamente,
no existimos, pero tampoco industrialmente, y las comunicaciones, ni
digamos". Sólo por poner un ejemplo, a Calamocha, que es la capital de
comarca, cuesta ir 50 minutos por carretera.
ACONTECIMIENTO En medio de esta desesperanza, en Loscos ha ocurrido un
acontecimiento que, en palabras de Gendive, "hacía 16 años" que no
se festejaba: La llegada de un bebé. El pasado 28 de octubre, nació en el
hospital Clínico de Zaragoza Nuria, hija de Jesús Rabadán y de María Pilar
Anadón, la primera nieta de Pascuala y Vicente y de Gerardo y María. Jesús y
María Pilar decidieron invertir la tendencia emigratoria de Loscos y se
quedaron a vivir en el pueblo, donde residen sus padres y donde tienen todas su
raíces.
Nuria no estará sola en Loscos. Podrá jugar con los otros cinco niños que
viven en la localidad y que provienen de familias que han llegado de fuera para
intentar que el pueblo renazca y que, según explica Antonio Gendive, una de
ellas lleva el bar, otra la tienda y la alguacilería y otra el horno. Son tres
de las siete licencias de actividades de servicios que hay censadas en Loscos.
Si este espíritu se mantiene, Nuria también podrá ir a la escuela del
pueblo, que gracias a estos nuevos habitantes, sigue abierta. La llegada de
Nuria es, para la asociación Trassierra, "una señal de nueva vida, que
necesitamos para que el ejemplo cunda y para que Loscos resista
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